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Son las 4:52 am y me veo en necesidad de escribir algo. No sea si sea debido a la falta de sueño o por alguna otra razón que aún desconozco, lo que es cierto es que tengo ideas desplazandose en mi cabeza, como el aire a presión, tratando de encontrar una salida entre un laberinto de tuberías de acero.

Solo las personas mas cercanas a mi entenderan el siguiente texto. Vivo entre dos mundos, uno que la mayoría conoce, y otro que solo unos cuantos han tenido la oportunidad de ver y sentir. La mayor diferencia entre ellos es un factor muy importante y que de una manera me tiene apegado a ellos, es ese sentimiento puro, incomprendido, que tantos buscan pero pocos encuentran, que muchos carecen de el debido a los males que aquejan a la vida diaria del ser humano, y que los que lo tienen, saben que lo poseen en una cantidad ilimitada.

Es este sentimiento en el cual uno debe enfocar todo lo que se hace. Sin el, no hay justicia, no hay libertad... muchos dirán que el contrario a este sentimiento es mas puro, pero eso, es un error demasiado grande. La gente que busca sufrir encuentra fácil familiarizarce con este sentimiento maligno, ya que como dicen, es mas sencillo bajar una escalera que esforzarce a subirla.

El sentimiento benigno, que es del que hablaba en un principio, es el que mis dos mundos comparten. Ambos les doy la misma cantidad, por ambos moriría, los dos mundos me duelen, los necesito, los adoro... esto no es fácil de comprender para mi. Soy una persona mayormente impulsiva, que actúa por instinto en estos aspectos relacionados con las corazonadas; no quiero separarme de estos mundos, pero cuando tenga que dejar ir a uno sé que me dolerá mucho, y sé que nunca estaré listo para ver como se aparta de mi vida.

Y es que ambos me dan tantas cosas, tantas satisfacciones, tantas alegrías... Ya no puedo continuar, disculpenme. Es simplemente dificil de decir algo tan personal.