Estos fragmentos pertenecen a una carta de 144 años de antigüedad que escribió un cacique, el Jefe Seattle, cuando el gobierno estadounidense quiso comprar las tierras donde estaba la tribu Suwamish. Me impresiona mucho este texto... Es muy interesante la sabiduría que poseen estas palabras, la cosmovisión, la manera de entender la relación entre el hombre y la naturaleza, opuesta a la que tenemos en la actualidad.
Quote:
...¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el color de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centello del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros? Lo decimos oportunamente.
Habéis de saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja. Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros.
[...]
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da los mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino.[...] Trata a su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras si sólo un desierto. No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la vuestra. La vista de aquellas ciudades hace doler los ojos al hombre de piel roja.
[...]
No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde pueda escucharse el despegarse de las hojas en primavera o el rozar de las alas de un insecto. Pero quizás sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las cosas. El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. ¿Y qué clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las rana alrededor de la laguna? Soy un hombre de piel roja y no lo comprendo. Los indios preferimos el suave sonido del viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por la fragancia de los pinos.
El aire es algo precioso para el hombre de piel roja, porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco parece no sentir el aire que respira. Al igual que un hombre muchos días agonizantes, se ha vuelto insensible al hedor.
[...]
Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta: He visto miles de búfalos pudriéndose sobre las praderas abandonados allí por el hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como el humeante caballo de vapor puede ser más importante que el búfalo al que sólo matamos para poder vivir.
¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrir también al hombre.
Todas las cosas están relacionadas entre sí.
[...]
Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia.
[...]
Pero aún en vuestra hora final os sentiréis iluminados por la idea que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial. Tal destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cercada por un enjambre de alambres parlantes.
¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció.
¿Dónde está el águila? Despareció.
Así termina la vida y comienza el sobrevivir.
Habéis de saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja. Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros.
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Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da los mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino.[...] Trata a su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras si sólo un desierto. No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la vuestra. La vista de aquellas ciudades hace doler los ojos al hombre de piel roja.
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No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde pueda escucharse el despegarse de las hojas en primavera o el rozar de las alas de un insecto. Pero quizás sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las cosas. El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. ¿Y qué clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las rana alrededor de la laguna? Soy un hombre de piel roja y no lo comprendo. Los indios preferimos el suave sonido del viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por la fragancia de los pinos.
El aire es algo precioso para el hombre de piel roja, porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco parece no sentir el aire que respira. Al igual que un hombre muchos días agonizantes, se ha vuelto insensible al hedor.
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Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta: He visto miles de búfalos pudriéndose sobre las praderas abandonados allí por el hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como el humeante caballo de vapor puede ser más importante que el búfalo al que sólo matamos para poder vivir.
¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrir también al hombre.
Todas las cosas están relacionadas entre sí.
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Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia.
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Pero aún en vuestra hora final os sentiréis iluminados por la idea que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial. Tal destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cercada por un enjambre de alambres parlantes.
¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció.
¿Dónde está el águila? Despareció.
Así termina la vida y comienza el sobrevivir.